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jueves, 26 de julio de 2018

Fragmentos de la Historia de Pontevedra

Quiero mostrar una recopilación de esos “fragmentos de la historia” que de forma cotidiana conviven con nosotros y que por la costumbre de verlos asiduamente, pasan desapercibidos. Me refiero a esos restos de edificaciones, diversos componentes de monumentos y construcciones que ha tenido nuestra ciudad y ahora, fragmentados, forman parte de nuestras calles, plazas y jardines y de nuestro paisaje urbano en general.

Como bien comentó en su día el historiador Juan Juega, al profesor Filgueira Valverde deberíamos de agradecerle, entre otras muchas cosas, el que fuese el promotor de que muchos de esos fragmentos de la historia, se entremezclasen con el entorno urbano actual, produciéndose esa mixtura de lo antiguo con lo moderno y que no fuesen depositados en almacenes o en el interior de un Museo.

Comenzaremos por uno de los monumentos más emblemáticos de nuestra ciudad, la Fuente de la Herrería. Ubicada originalmente en la esquina de la Plaza de la Herrería, más próxima a los soportales que se dirigen a la Plaza de Curros Enríquez. Se decidió acometer su construcción en 1537, mediante una Cédula del Emperador Carlos V. En 1858 fue sustituida por otra más moderna ubicada en la Plaza de la Peregrina. Sus restos fueron abandonados, hasta que la Sociedad Arqueológica se hizo con ellos y los conservó en las Ruinas de Santo Domingo. Fue en 1928, cuando la fuente se recompuso de nuevo y volvió a la Herrería, para ocupar su emplazamiento actual, en los Jardines de Casto Sampedro. Hay que hacer constar que el gran tazón no es el original de la fuente, ya que este no fue encontrado.

Otra fuente contemporánea a la anterior, fue la que se denominó Fuente de Santo Domingo, poco se ha sabido de ella, pero según el Profesor Filgueira Valverde, cabe la posibilidad que la fuente que se encontraba en el Paseo de Santa María y hoy la podemos contemplar al final de la calle Naranjo, contenga la taza original de esa fuente.
El Reloj de la Peregrina.- El 31 de octubre de 1896, se trasladan las campanas de la torre norte a la torre sur de la Capilla de la Virgen Peregrina y en su lugar se instala el reloj que procede del demolido Hospital de San Juan de Dios y según parece también, una de sus campanas. Este hospital se ubicaba en el solar que ahora ocupa la sede del Casino Mercantil, y recordando su capilla se levantó la todavía existente de las Ánimas.

El Campanil del Ayuntamiento.- Está situado en la cubierta del Ayuntamiento, próximo a su fachada posterior. Procede también del demolido Hospital de San Juan de Dios, junto con una de sus campanas, en un dibujo de Federico Alcoverro lo podemos contemplar en su ubicación original.

domingo, 22 de julio de 2018

Pichocho. El Robinsón de las Islas Cíes.

En los años 1987 y 1988 me pasé los meses de julio y agosto trabajando en las islas Cíes, era la época en que Vapores de Pasaje ejercía un monopolio total en la travesía en barco desde la Estación Marítima de Vigo (650 pesetas el viaje, ida y vuelta), y era poco menos que una epopeya, con mucha frecuencia el barco Islas Ficas navegaba un metro por debajo de la línea de flotación, la gente iba hasta subida al palo de la bandera y, día sí y día no, se dejaba a visitantes en la isla ya que el último barco de regreso iba a tope y no enviaban otro para recogerlos, con el consabido cabreo y rebote, lógico, del personal que llegó a protagonizar importantes jaleos. 
Allí conocí a un personaje curioso, le llamaban Pichocho, era junto con sus hermanos Benedicto y Serafín, que por cierto no se llevaban entre ellos, las últimas personas que habían nacido en las islas Cíes.
Pichocho tenía unos cincuenta y tantos años, y un aspecto muy parecido a Andy Warholl, pero en “loock mariñeiro”, era un tipo afable y simpático. Vivía en las Cíes durante todo el año, era el único, en una especie de “chabolo” detrás del parador (el bar del muelle donde atracaba el barco) y hacia la playa de los Alemanes, con una dieta a base de pescado y agua, el único medio de transporte que tenía en invierno, si se quería desplazar a la península, era su chalana de remos, cosa que hacía cuando la necesidad era extrema.
Cuando llegamos allí a finales del mes de junio del 88, nos lo encontramos en el parador, era el lugar donde se topaba Pichocho la mayor parte del día, y de la noche, cuando comenzaba el verano; le invitamos a un par de cervezas y charlamos cordialmente, le comentamos que nos gustaría poder ir a la isla Sur y que sabíamos que él tenía una chalana de cuatro remos, nosotros éramos tres mocetones, así que con él completábamos la tripulación, nos dijo que sí, que sin ningún problema ya que él hacía tiempo que no iba y tenía ganas de ir, así que acordamos en que volveríamos a hablar y quedábamos para ello. 
Pero con Pichocho había un problema, y era que hastiado de vivir todo el año solo en la isla con esa dieta tan severa, cuando comenzaba a llegar la gente de veraneo, los asiduos ya lo conocían y los nuevos enseguida entablaban amistad con él, y entre unos y otros no hacían más que invitarlo a todo tipo de bebidas, fermentadas y espirituosas, como habíamos hecho nosotros, en el parador, por lo tanto Pichocho pillaba un “coloconcillo” el 1 de julio y no lo apeaba hasta el 31 de agosto. Así que cuando le propusimos un día para ir a la isla Sur, su respuesta fue que quienes éramos nosotros y que no sabía nada de eso, que tenía el resto del año para ir allí, por lo tanto nos quedamos sin poder ir. Un día cuando me dirigía hacia lo alto del Faro del Cíes, el punto más alto de la isla, observé como una chalana con un tipo a los remos, Pichocho era, su inconfundible pelo blanco lo delataba, intentaba infructuosamente cruzar el estrecho entre las dos islas, durante unos veinte minutos lo contemplé, luchaba a brazo partido contra la corriente sin apenas moverse del sitio, no sé, quizá intentaba rememorar viejos tiempos o retarse a sí mismo para comprobar sus fuerzas, pero desde luego que ese día la situación no le era nada propicia y no nos engañemos, la mar es la mar, aunque eso él lo sabía muy bien y cuando intentaba esa travesía era porque otras veces lo había logrado. Un par de noches después me lo encontré en el parador, en la sesión “disco”, estaba acompañado, como siempre, de un nutrido grupo de personas a su alrededor, donde no faltaban caras bonitas, realmente era un auténtico icono de las Cíes y ahí Pichocho sí que triunfaba, era un verdadero Robinsón de carne y hueso “made in Galicia”.
Yo lo observaba y pensaba: al igual que otras cosas se habían transformando en las Cíes, pues de los hippies de antaño ya, salvo algún nostálgico, no quedaba ninguno, el campismo libre se estaba erradicando y prohibiendo, y empezaban a tasar el número de personas que podían venir en el barco, o sea, se estaba civilizando todo el “entorno rústico” que suponía el ir a las Cíes, Pichocho también estaba sufriendo una de esas transformaciones, aunque en su caso sólo durase la temporada estival.
Pichocho se murió a finales de los noventa o principios del dos mil, no recuerdo bien, con él se fue el último nativo que de forma permanente habitaba en las Cíes, y también el último icono de una época. Para los que conocimos aquellos tiempos, sin él las Cíes ya no son lo que eran.

viernes, 20 de julio de 2018

Teucro fundador de Pontevedra

Según don Claudio González Zúñiga, autor de la primera “Historia de Pontevedra”. Nuestra ciudad fue fundada por Teucro en el año 1215 a. C. 
Cuánto hay de historia o de leyenda sobre el héroe y estos acontecimientos sería otra cuestión a tratar.


Teucro fue un personaje de segundo rango entre los que participaron en la Guerra de Troya y uno de los guerreros que se introdujeron dentro del célebre caballo troyano, famoso por su habilidad en el manejo del arco. 

La escasísima iconografía que sobre este personaje se conoce ha sido el motivo por el que se le ha representado de forma equívoca, así la imagen que podemos contemplar en lo alto de la fuente de la Peregrina, una réplica del cetro del Gremio de Mareantes, más se asemeja a la representación de Hércules matando al “León de Nemea” en uno de sus doce trabajos, o quizá con más parecido todavía a Sansón que fue realmente quien desquijaró al león, ya que Hércules lo mató con la clava. 


A pesar de esta errónea representación, lo que sí parece del todo cierto es que a quien se quería representar era al héroe griego, pues “Teucro” se le denomina al cetro del Gremio de Mareantes y lo ratifica la inscripción que porta.

jueves, 19 de julio de 2018

Un viejo lobo de mar en las Chafarinas.

Me encontraba yo, en noviembre de 1986, en la isla Isabel II, la más grande y habitada de las Chafarinas. 
Cuando una tarde de temporal con fuerte viento del estrecho, solicitaron permiso, por radio, para resguardarse en la isla dos pesqueros marroquíes, anteriormente ya lo había hecho uno argelino y tras ellos un pequeño y raído velero, más parecido a una cáscara de nuez, que en el medio de aquella tremenda ventolera y la mar picada parecía increíble que se mantuviese a flote. 

Me tocaba a mí guardia en el muelle así que, junto con otro compañero, tuvimos que acompañar al sargento para las inspecciones de rigor. Era habitual que los días de temporal o viento muy fuerte en el estrecho, las pequeñas embarcaciones que transitaban por la zona solicitasen, por radio, permiso para poder refugiarse en el muelle de la isla, mientras amainaba el fuerte viento, y a pesar de ser zona militar restringida, se les solía permitir hacerlo, se inspeccionaba la embarcación, se tomaba nota de la documentación y si se trataba de pesqueros, generalmente, dejaban como compensación unos cuantos kilos del pescado de las capturas, amén de otras mercancías que portaban de “extranjis”, normalmente tabaco y alcohol.
Cuando le tocó el turno al velero, me quedé sorprendido. Era una embarcación de madera, ajada y muy rudimentaria, de unos cuatro metros de eslora, con un pequeño tambucho de camarote, un mástil con una sola vela y el timón de caña manejado a mano, “Albatros” era su nombre, no llevaba ningún instrumento electrónico, era la navegación pura y dura, con brújula y sextante, nada más. Su pabellón francés y su puerto de origen Marsella, aunque en esta travesía venía de Tánger. 
El tripulante era ya un hombre mayor, bastante mayor, un francés, un auténtico viejo lobo de mar, con barba y pelo canoso; en sus brazos llevaba tatuada más de media vida, simbolizada por sirenas, neptunos, delfines, barcos, anclas, mujeres desnudas, corazones rotos con nombres de mujer, diversas leyendas… 
Mientras realizaba las tareas de amarre y los pertinentes trámites de filiación lo estuve observando, le pregunté hacia donde se dirigía, debo decir que mi conocimiento del francés es el justito para pasar el día, aún así nos entendimos. Pese a su aspecto sobrio y parco en palabras, se mostró con ánimos para charlar, llevaba más de media vida navegando por el Mediterráneo, lo había recorrido desde el estrecho hasta el Bósforo siempre con el mismo barco, lo había construido él, con sus propias manos, un día decidió que lo que deseaba era navegar y vivir en total libertad, siendo únicamente él y el viento los dueños de su destino. Prácticamente no tenía nada, solamente aquel viejo cascarón por barco, pero se le veía feliz, no era una vida fácil, pero era la que él había elegido y le gustaba. Me habló entonces de la dureza de la mar y le pregunté que pasaría cuando ya se viese sin fuerzas para poder navegar solo, y me dijo que la mar se cobra sus tributos, él llegó a un acuerdo con ella, durante todos estos años, y esperaba que unos cuantos más, la mar le había facilitado todo lo necesario para vivir y cubrir sus necesidades básicas, le facilitó el medio por el cual desplazarse y vivir la vida libre e intensamente como había querido y le propició una inmensa fuente de subsistencia, como pago él le ofreció lo único que podía ofrecerle, su vida, me dijo: el día que ya no tenga fuerzas, la mar me encontrará aquí, tranquilo y sereno, surcando sus aguas, ella misma será la que se encargará de llevarnos a mí y este viejo amigo (refiriéndose a su barco) con ella. 
Al día siguiente yo me encontraba de vigilancia en la atalaya, en la zona más alta de la isla, y poco después de despuntar el sol lo vi partir en su viejo cascarón, con un navegar parsimonioso, como quien no tiene prisa por llegar a su destino, sino justo cuando le corresponda. Comprendí que al viejo marinero no le preocupaba porque, a estas alturas de su vida, ya era la mar la dueña de su destino.

miércoles, 18 de julio de 2018

El pazo de los condes de San Román (Pontevedra)

Como ya me han preguntado varias personas sobre el lugar donde se emplazaba el pazo de los condes de San Román, aquí vamos a exponer con un pequeño croquis y unas fotos actuales, junto con unos dibujos de Federico Alcoverro (Museo de Pontevedra), el lugar donde se encontraba y lo que se conserva a día de hoy.
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1- La fachada principal daba a la plaza de Curros Enríquez, hoy no se conserva nada de ella.
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2- El patio interior lo podemos observar, en una pequeña parte, dentro del establecimiento 100 Montaditos. Se conservan las columnas y balaustrada del piso superior con las hornacinas que albergaban emperadores, reyes y filósofos.
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3- La fachada posterior daba a la plaza de Teucro y hoy la podemos contemplar muy modificada, solamente una parte de la zona asoportalada ya que el resto, junto con la torre almenada, desapareció.
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Este lugar fue donde se ubicó la sede del Liceo Casino, en junio de 1858, al trasladarse de su emplazamiento original en el pazo de Tavares (justo enfrente en la plaza de Teucro) porque se les quedaba pequeño.

sábado, 14 de julio de 2018

Cruceiros de la Zona Monumental de Pontevedra

Si hay un monumento fuertemente enraizado en nuestra tierra y en nuestra cultura, ese es el “cruceiro”, una de las manifestaciones más genuinas y ricas de la arquitectura popular gallega
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Desde los inicios del cristianismo se buscó una sacralización de los lugares de culto pagano o sospechosos de ello. Con ese objetivo se colocaron cruces sobre piedras con alguna simbología mágica, como sucedió con menhires, petroglifos o piedras significativas como miliarios romanos y sobre todo en los cruces de caminos “encrucilladas”. La cruz, la espina dorsal del cristianismo, elemento purificador y protector contra poderes extraños. De ahí su ubicación en las plazas de los pueblos, como salvaguarda de las gentes.

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De los cruceiros que podemos contemplar en nuestra Zona Monumental, la mayoría no fueron destinados para ese emplazamiento en su origen, a excepción del de la calle de la Galera. Así el de la plaza de la Leña proviene de Caldas de Reyes; el de las Cinco Calles, de Estribela; el de Santa. María (plaza de Fonseca), del Burgo; el del Campillo, del paseo de Santa. María (ant. Lampán dos Xudeos); el de la plaza del Parador, se desconoce pero se ubicó ahí a mediados del siglo XX y parece ser que la virgen no es original, pues hay diferencia con la talla del Cristo; y el de las Ruinas de Santo. Domingo, del atrio del antiguo templo de S. Bartolomé.

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sábado, 5 de mayo de 2018

Plaza de la Herrería

Grabado de Osterberger sobre un dibujo de Jovita Riestra. 
La Nao del Corpus (enorme, sobre un carro de bueyes) en la visita de los Duques de Montpensier (1852). La fuente de la Herrería en su lugar primigenio con una figura que representa la Alegoría de la Fama en lo más alto, figura de piedra con la trompeta de cobre, añadida en 1789, (actualmente se encuentra en la fuente de la plaza del Muelle, sin trompeta). A la derecha la Capilla de la Peregrina todavía con una única torre completa (la de la izquierda la había derribado un rayo) y al fondo la iglesia de San Francisco, donde se observa todavía completo el edificio de la orden terciaria, la ventana cuadrada en lugar del actual rosetón y en el edificio de Hacienda todavía no se ha instalado la puerta de la Villa, procedente de la muralla y que continúa hoy en día. 
"Habladme Piedras".


viernes, 16 de marzo de 2018

¿Por qué los marineros llevaban un arete de oro en la oreja?


Conozco dos versiones sobre esta cuestión. La primera es la que más he oído, y hace referencia a que los marineros, en los siglos XVIII y XIX, acostumbraban a “decorar” su cuerpo según las proezas náuticas que lograban. Así se tatuaban a Neptuno, sirenas, anclas, rosas de los vientos, etc., según surcaban mares, doblaban cabos, cruzaban estrechos, etc. Pero los que conseguían doblar el cabo de Hornos, situado en el extremo meridional de América del Sur, por su peligrosidad y el gran número de naufragios que allí se producían, orgullosos de ello y para que la hazaña quedara reflejada de por vida, se colgaban en su oreja izquierda un pendiente en forma de aro. La costumbre se extendió con rapidez como símbolo de valor y temeridad. Hay quien sostiene que dos puntos más en el globo completaban esta proeza y eran doblar el cabo de Buena Esperanza, al sur de África, que algunos afirman que otorgaba el privilegio de poder llevar un pendiente en la  oreja derecha, y el paso de York, en Oceanía.
Pero hay otra historia, que explica porqué los marinos de la época llevaban al menos un pendiente de oro macizo. Los hombres embarcaban por años y muchos temían no regresar a casa. Podían morir en cualquier puerto de fiebres, disentería, o de una puñalada, y el pendiente de oro les aseguraba un entierro digno si morían en tierra. Y si era en el mar donde entregaban su alma, algún fiel amigo que lograse regresar, podría llevar la joya a su familia y paliar en algo la miseria y el dolor de estos.

miércoles, 14 de marzo de 2018

El Síndrome de Stendhal

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Dicen que el novelista francés Stendhal visitó Florencia en 1817, tratando de no perderse ni un detalle para su diario. Pasó todo un día admirando iglesias, museos y galerías de arte y se conmovió a cada paso con el derroche magnífico de cúpulas, frescos, estatuas y fachadas. Pero de pronto, al entrar en la majestuosa iglesia de Santa Croce, se sintió aturdido, con palpitaciones, vértigo, angustia y una sensación de ahogo que lo obligó a salir para tomar aire. El médico que lo revisó le diagnosticó "sobredosis de belleza" y desde entonces ese síntoma se conoce como "Síndrome de Stendhal".

lunes, 12 de marzo de 2018

El guardián entre el centeno ¿El libro de los asesinos?


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La novela de Jerome David Salinger, “El guardián entre el centeno”, fue publicada en el año 1951, y desde entonces se ha visto envuelta en el escándalo y el misterio. No precisamente por su contenido que para su época hablaba con demasiada claridad sobre la codicia, los vicios, la sexualidad y la delincuencia, sino por los acontecimientos que aparentemente han surgido a raíz de ella, lo que contribuye a que desde su publicación se continúen vendiendo miles de libros cada año en todo el mundo.


Sin duda la más conocida es la situada en la entrada al edificio de apartamentos Dakota, en Nueva York, en el que Mark David Chapman arrebató la vida a John Lennon. 

Tras haber cometido el asesinato, Chapman se quedó en el lugar, sacó su ejemplar de “El guardián entre el centeno” e intentó leer la novela hasta que llegó la policía y lo detuvo.

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Otros de los asesinos que han sido relacionados con la lectura de este libro son: Charles Manson; Lee Harvey Oswald, presunto asesino de John F. Kennedy; John Hinckley Jr., quien intentó matar a Ronald Reagan; y Sirhan B. Sirhan, quien fue arrestado por el asesinato de Robert F. Kennedy. Todos ellos confesos de haber sido influenciados fuertemente por “El guardián entre el centeno”.
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Se ha mencionado en varias ocasiones que el libro tiene mensajes ocultos los cuales activaban puntos específicos del cerebro en las personas que eran sometidas a los experimentos y sesiones de hipnosis.


Muchos creen que estas afirmaciones son ciertas, pues algunos asesinos relacionados con la obra de Salinger también tuvieron una relación con la CIA, como Chapman, Lee Harvey Oswald y John Hinckley Jr.


sábado, 10 de marzo de 2018

Leyenda de los Aldao–Maldonado


Existen diversas versiones sobre este acontecimiento y si bien varía la historia, el final es el mismo. El hecho nos narra como un miembro de la familia de los Aldao, Hernán o Nuño (hay discrepancias) Pérez de Aldao, se convierte en el fundador del apellido Maldonado y toma por armas nobiliarias las que el rey de Francia le concedió (cinco flores de lis colocadas en sotuer).

 Se desconoce con exactitud la fecha en cuestión, pero este acontecimiento estaría englobado entre la segunda y quinta Cruzada, alrededor de los años 1147-1221.

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Don Hernán Pérez de Aldao se encontraba gravemente enfermo y se encomendó a la virgen, prome­tiendo visitarla si le devolvía la salud. Apenas mejoró un tanto, se puso en cami­no desde Galicia hacia las ásperas montañas de Cataluña. Con el cansancio y las molestias de tan largo viaje se recrudeció su dolencia, por lo que al llegar fue preciso ponerle una cama en uno de los ángulos de la iglesia para que pudiera hacer la novena que había ofrecido. Llegada la fiesta de la Natividad de la Virgen, el 8 de septiembre, se llenó por completo el templo de fieles deseosos de presenciar las ceremonias litúrgicas. Uno de los peregrinos, llamado Guillermo, Duque de Nor­mandía, sobrino del rey Felipe de Francia, no hallando otro lugar más despejado de gentes en toda la iglesia que aquel donde estaba la cama del mencionado don Hernán o Nuño Pérez de Aldao, se permitió la libertad de ponerse de pie en ella para ver mejor las ceremonias, agraviado don Hernán, tanto por la molestia que le causaba el Duque como por su falta de atención, le dijo:

“- Os ruego, en cortesía, caballero, busquéis otro sitio en que mejor po­dáis estar, que vuestros pies me incomodan”
A lo que contestó el Duque Guillermo con altanería:
“- No te incomodarían si supieses quien soy. “
Replicándole el enfermo:
“- Tu también, si me conocieses, me harías más cortesía.”
Pero, lejos de ceder, volvió a contestarle el Duque:
“-No me des ocasión para que ponga los pies de modo que los sientas.”
Estas palabras acabaron de agraviar al de Aldao, y lleno de indignación, replicó al Duque:
“-Prometo que si esta Señora, a cuya devoción vine, me escapa de lo que padezco, iré a tomar enmienda de la injuria recibida en su casa.”
Pero escarne­ciendo el Duque la amenaza, la desechó riéndose.

Sanó el de Aldao y convocó a sus más principales parientes, manifestán­doles su desafío y queja. Todos ofrecieron asistirle, arriesgando sus vidas y gas­tando sus haciendas, y acordaron dar cuenta al rey don Alonso, que se hallaba en Burgos, a donde fueron a pedir amparo.

Enterado su Majestad ofreció su favor, enviándolo como embajador ante el rey de Francia, para que le asegurase que Hernán Pérez de Aldao era tan principal caballero, que podía desafiar a otro cualquiera de los de Francia, sin exceptuar ninguno por preeminente que fuese, y que bajo su amparo no permitiese se le hiciera superchería.

Fue recibido Hernán y sus parientes con benigno agrado del rey Felipe, y reunidos los Grandes de Francia se refirió el suceso. El Duque Guillermo pidió perdón, mas Hernán propuso se postrase, en castigo de su ignorancia, y consintiera le pusiese los pies encima. El Duque no consintió y Hernán suplicó al rey terminase su querella por desafío, señalando armas y día, y asegurando el campo, pues era extranjero y estaba en su reino. El rey guardó justicia.

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Llegó el día señalado y ambos caballeros concurrieron en sus caballos a la brida, con arneses blancos, lanzas de armas, porras, espadas y dagas, usando por timbre Hernán Pérez de Aldao el lema Ave María y llevando en su escudo las armas de Aldao, que eran dos lobos de púrpura en campo dorado.

Puestos así en la estacada, se arremetieron rompiendo lanzas, por lo que usaron las porras, dándose recios golpes, de los que salió herido en la cabeza el Duque, que cayó al suelo. Saltó entonces Hernán de su caballo, a desenlazarle el yelmo para cortarle la cabeza, a cuyo tiempo el rey arrojó el cetro, y los fieles del campo se interpu­sieron para estorbarlo, de lo que dio Hernán quejas a su Majestad.

El rey le dijo a don Hernán que bastaba lo hecho, que si el Duque moría quedaba vengado y si sanaba del golpe en la cabeza, el rey quedaba obligado a darle satisfacción a su agrado. Mejorado el Duque, pidió Hernán el cumplimiento de lo prometido, y se le dijo pidiese lo que quisiera. Juntos los altos hombres de la Corte y ratificado el rey en su ofrecimiento por tres veces, dijo Hernán:

“- Señor, te pido que como traes tres flores de lis por armas, me otor­gues para que yo pueda tener cinco”.

Resultado de imagen de escudo de los maldonadoLe disgustó al rey Felipe la pretensión, y le ofreció en cambio riquezas y otras mercedes, pero el de Aldao contestó que no había ido a Francia por riquezas, sino por su honor, y que de no cumplir el rey su promesa, se volvería quejoso, no ya del Duque, sino del mismo Monarca. El rey le contestó:

“- Yo te las doy, si bien, mal donadas, es decir, contra mi voluntad.”

Desde entonces Hernán Pérez de Aldao llevó como sobrenombre el de Maldonado, tomándolo sus deudos de la frase del rey Felipe, “maldonadas”, y comenzó a lucir por armas las cinco flores de lis. Sus descendientes conservaron el apellido Aldao y el sobrenombre de Maldonado y, este, en diversas ramas de esta familia de origen gallego terminó por prevalecer.




viernes, 2 de marzo de 2018

Cuando Vigo fue capital

Según los documentos existentes, no es hasta el año 1163 cuando Pontevedra hace su aparición en la historia con motivo a la donación, de Fernando II, al monasterio de Poio de la mitad de los diezmos de la iglesia de Santa María.

Debemos de esperar unos pocos años más, cuando este mismo monarca, en el año 1169, concede un fuero real al burgo de Ponte Veteri, el primer fuero pontevedrés que fue concedido por el rey de León en Ciudad Ro­drigo a: “…omnes habitatores de Ponte Veteri tam presentes quam futuros…”.

Sobre este fuero real inicia su andadura la vida municipal pontevedre­sa. El texto no sufre alteración alguna cuando, a petición de los representantes del concejo, es confirmado en Sevilla, en 1264, por Alfonso X; pues el original, en palabras de los mismos: “porque este priui­legio non era sellado et por mala guarda fuera dannado de agua”.Este trascendental documento se conserva actualmente en el Museo de Pontevedra.

No obstante, la Ponte Veteri medieval, distinguida con el llamado “Fuero de Pontevedra” por el monarca leonés, fue donada pocos años después, en 1180, a la mitra compostelana y bajo el señorío arzobispal permaneció la villa hasta el Decreto de abolición ge­neral de los señoríos que se produjo en 1811.
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Si bien, durante el reinado de Felipe II, la villa se desvincula, mo­mentáneamente, del señorío arzobispal, y en 1595 el regidor don Melchor de Teves y Britto se esforzó en mostrar con importantes edificaciones y nuevos servicios la eficacia del cambio, surgiendo la necesidad de contar con un edificio consistorial. Aunque, como decimos, fue un breve paréntesis, pues de nuevo volvimos al “statu quo” anterior, con el arzobispado santiagués señoreando la villa.

En 1820, siendo rey Fernando VII, tuvo lugar el pronunciamiento liberal de Rafael del Riego, que dio paso a una nueva etapa de su reinado (1820-1823), el denominado "Trienio Liberal", aboliéndose los privilegios de clase y los mayorazgos, además de suprimirse la Santa Inquisición y dando paso en enero de 1822, a una nueva división territorial. Se contemplaba la necesidad de reorganizar el territorio de manera racional y eficiente. Así pues, se establecen cuatro provincias para Galicia: Coruña, Lugo, Orense y Vigo. Por consiguiente, a lo largo de un año y poco, Vigo fue capital de provincia.

Con la llegada, el 7 de abril de 1823, de los llamados Cien Mil Hijos de San Luis, al mando del general Duque de Angulema, se restablece el absolutismo en la figura del rey Fernando VII, y en ese mismo año, esta división territorial queda sin validez.

El 30 de noviembre de 1833, con el decreto de Javier de Burgos, se estableció la actual división de provincias donde se consideraba a Pontevedra la ciudad más idónea para ser la capital de su provincia, por motivos geográficos e históricos.

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En 1836, Vigo volverá a la carga política para recuperar la capitalidad y aunque el Gobierno aprobó un Real Decreto que acordaba el traslado a Vigo de la capital de la provincia, nunca llegó a tener efecto, bien porque nunca se refrendó o porque se extravió, y posteriormente no se consideró oportuno confirmarla. Esto tendrá su epílogo el 3 de octubre de 1840, cuando tropas viguesas, armadas con dos cañones, atacan y cañonean Pontevedra en disputa de la capitalidad de la provincia. La guerra de las dos ciudades de la que hablaba Villamil.

El Congreso no podía volverse atrás y menos ante la presión militar, por lo que la designación de Pontevedra como capital, que fuera coronada con la concesión del título de ciudad por Real Carta otorgada por la reina Isabel II el 23 de noviembre de 1835, adquirió carácter definitivo.




sábado, 24 de febrero de 2018

Martin Niemöller fue su autor y no Bertolt Brecht.

Resultado de imagen de martin niemollerVarias son las versiones que circulan sobre cómo fue realmente la cita y cuando se produjo, ya que se ha transmitido oralmente, lo que no deja lugar a dudas es que su autoría, se debe al pastor protestante alemán Martin Niemöller y originalmente se trataba de un breve sermón.
Alude a las consecuencias de la indiferencia, de no hacer frente y ofrecer resistencia a las tiranías en los primeros intentos de establecerse, sobre todo cuando no nos afectan en primera persona.
Fue unos años después, cuando Sibylle Sarah Niemöller von Sell, esposa de Martin Niemöller, respondiendo a la pregunta de un estudiante, acerca de por qué en Alemania nadie se enfrentó a los nazis en su escalada de terror, pronunció de forma exacta estas palabras, que anteriormente había pronunciado Martin Niemöller en su sermón. Esta cita frecuentemente se atribuye, de forma errónea, a Bertolt Brecht y es conocida también como: “Cuando los nazis vinieron...”

"Primero vinieron a buscar a los comunistas y yo no era comunista, así que no hablé.
Después vinieron por los socialistas y los gremialistas, pero no era lo uno ni lo otro, así que no hablé.
Después vinieron a por los judíos, pero yo no era judío, así que no hablé.
Y cuando vinieron a por mí, ya no quedaba nadie que pudiera hablar por mí."


Friedrich Gustav Emil Martin Niemöller, nació en Lippstadt, Alemania, el 14 de enero de 1892, hijo del pastor luterano Heinrich Niemöller y de Paula née Müller. Creció en un ambiente conservador. Se graduó como oficial de la Armada Imperial Alemana y durante la I Guerra Mundial estuvo al mando de un submarino. Cuando la guerra estaba ya próxima a terminar decidió que debía convertirse en predicador, esa historia posteriormente la plasmó en su libro “Vom U-Boot zur Kanzel” (Del Submarino al Pulpito). Entre 1919 y 1923 estudió Teología en Münster. Ya como pastor apoyó al principio la política anticomunista, antisemita y nacionalista alemana de Adolf Hitler y el Tercer Reich. Aunque la tensión con los nazis aumentaba, Niemöller se cuidó de no traspasar ciertos límites, hasta intentó superar a estos en patriotismo y veía con cierta simpatía la revitalización alemana del Nacional Socialismo de Hitler.
Cuando Dietrich Bonhoeffer, un teólogo protestante que también era pastor de la Iglesia Confesionaria, exhortó a los cristianos a ayudar a los judíos y a tomar medidas directas contra la persecución, Niemöller le contestó que la iglesia tenía que preocuparse de su propia seguridad antes de alzar la voz por otros.

No le quedó más opción que levantar al fin la voz contra el nazismo, cuando Hitler, en desarrollo de la política totalitaria de homogenización, denominada oficialmente Gleichschaltung, impuso sobre las iglesias protestantes al grupo de los Deutsche Christen (cristianos alemanes) que unieron 28 iglesias regionales en torno a una denominada Iglesia Evangélica Alemana (Deutsche Evangelische Kirche DEK), a la que se adhirieron la mayoría de los protestantes alemanes. La DEK impuso el "párrafo ario" (Arierparagraph) que excluía de la iglesia a todo creyente con antepasados judíos.
En mayo de 1936, cuando la Iglesia Confesionaria rechazó ciertos aspectos del antisemitismo oficial y pidió de nuevo un alto a la intervención en asuntos eclesiásticos, los nazis arrestaron a centenares de pastores, confiscaron las arcas de la iglesia y asesinaron a un pastor muy importante. Niemöller fue arrestado el 1 de julio de 1937 y condenado el 2 de marzo de 1938 a siete meses de cárcel por un tribunal especial. Después del arresto de Niemöller, la iglesia Cofesionaria también votó por cooperar con el gobierno, agradeciéndole la revitalización de la vida alemana. Como ya había cumplido la condena, al salir fue apresado por la Gestapo y permaneció retenido en los campos de concentración de Sachsenhausen y Dachau, no salió en libertad hasta la derrota de Alemania en 1945.

Después de su liberación, abandonó todo su pensamiento nacional socialista siendo uno de los firmantes de la Confesión de Culpa de Stuttgart, en la cual la Iglesia Evangélica alemana pedía perdón por haber guardado silencio frente al régimen nazi.
En enero de 1946, los representantes de la Iglesia Confesionaria se reunieron en Frankfort para debatir su reconstitución. Una vez más Niemöller subió al púlpito, pero dio un sermón muy distinto a los demás. Detalló las excusas que dio para no alzar la voz:
“Sí, Hitler atacó a los comunistas, pero ¿no eran ateos y revolucionarios? Y sí, aniquiló a los incapacitados y los enfermos, pero ¿no eran una carga para la sociedad? Y claro, detener a los judíos era deplorable, pero los judíos no son cristianos ¿verdad? Y lo de los países ocupados era una lástima, pero al menos eso no ocurrió en Alemania ¿no es cierto?
Ninguna excusa justificaba todo esto, reiteró.
Preferimos mantener silencio ante la excusa de que me habrían matado por ello. Claramente no somos inocentes y me pregunto una y otra vez ¿Qué habría pasado si en el año 1933 ó 1934, los pastores protestantes y todas las comunidades protestantes de Alemania hubieran defendido la verdad hasta la muerte? Puedo imaginar que tal vez 30.000 ó 40.000 cristianos protestantes habrían muerto, pero también puedo imaginar que habríamos salvado a 30 ó 40 millones de personas, porque eso es lo que el silencio nos costó”.
A partir de entonces, Niemöller, se convirtió en un ardiente pacifista y promotor del desarme nuclear. Murió en Wiesbaden el 6 de marzo de 1984 a los 92 años de edad.

miércoles, 21 de febrero de 2018

Pontevedra en el mundo

En el mundo existen ocho lugares que se denominan Pontevedra, repartidas en tres continentes:

Pontevedra. Galicia. España
Pontevedra Beach. Florida. USA
Pontevedra. Georgia. USA
Pontevedra. Bogotá. Colombia
Pontevedra. Buenos Aires. Argentina
Islote de Pontevedra. Islas Diego Ramírez. Chile
Pontevedra. Negros Occidental. Isla de Negros. Filipinas
Pontevedra. Cádiz. Filipinas

El origen de la primera y más antigua Pontevedra tiene lugar en el noroeste de España, en Galicia, y su fecha de fundación, con el nombre de Ponte Veteri, fue en el año 1169, así consta en el fuero fundacional otorgado por el rey Fernando II de León.

El nombre primigenio de donde derivó Pontevedra, Ponte Veteri (puente viejo), hacía referencia al lugar donde se encontraban los restos del antiguo puente romano, restos que aún se conservaban del primer asentamiento que se tiene noticia en esta zona y fue durante la invasión romana que se extendió desde el siglo I d.C al siglo IV d.C. Después de esa fecha el lugar permaneció despoblado hasta el siglo XII. 

"No te detengas". El club de los poetas muertos.

Este poema parece ser que se trata de un apócrifo que se le ha atribuido a Walt Whitman, ya que realmente la mayoría de los versos del poema provienen de frases dichas en la película “El club de los poetas muertos”, en su mayoría expuestos por el Señor Keating, (Robin Williams). Parece que la confusión proviene porque en la película se cita en varias ocasiones a Walt Whitman. 

Esto no quita que sea extraordinario y extremadamente positivista, con una enorme fuerza motivadora.

Resultado de imagen de poema walt whitman no te detengasWalt Whitman (1819-1892)

                            NO TE DETENGAS
No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
    sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
               No te dejes vencer por el desaliento.
   No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
                           que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
         No dejes de creer que las palabras y las poesías
                     sí pueden cambiar el mundo.
    Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
                 Somos seres llenos de pasión.
                    La vida es desierto y oasis.
                     Nos derriba, nos lastima,
                            nos enseña,
               nos convierte en protagonistas
                 de nuestra propia historia.
             Aunque el viento sople en contra,
                la poderosa obra continúa:
            Tu puedes aportar una estrofa.
                 No dejes nunca de soñar,
         porque en sueños es libre el hombre.
          No caigas en el peor de los errores:
                             el silencio.
     La mayoría vive en un silencio espantoso.
                           No te resignes.
                                Huye.
 “Emito mis alaridos por los techos de este mundo”,
                            dice el poeta.
          Valora la belleza de las cosas simples.
  Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
           Eso transforma la vida en un infierno.
            Disfruta del pánico que te provoca
                 tener la vida por delante.
                   Vívela intensamente,
                      sin mediocridad.
            Piensa que en ti está el futuro
   y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
    Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
            de nuestros “poetas muertos”,
          te ayudan a caminar por la vida
      La sociedad de hoy somos nosotros:
                    Los “poetas vivos”.
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas …

martes, 20 de febrero de 2018

Presentación libro "Donde la salmuera"

Presentación del Libro de José Benito García "Donde la Salmuera. La Mourerira y sus gentes", en Villa Pilar en Pontevedra, el día 15 de diciembre del 2017. 
Acompañan al propio autor de la obra, Jose Benito García Iglesias; Ana Maria Vicente Rivas (xefa do Servizo de Patrimonio Documental e Bibliográfico da Deputacion de Pontevedra) y el arquitecto Mauro Lomba Martínez, artífice de la restauración y diseño del espacio multidisciplinar Nemonon, ubicado en Villa Pilar.



martes, 13 de febrero de 2018

La isla del tesoro



“Lo recuerdo como si fuera ayer, meciéndose como un navío llegó a la puerta de la posada, y tras él arrastraba, en una especie de angarillas, su cofre marino; era un hombre recio, macizo, alto, con el color de bronce viejo que los océanos dejan en la piel; su coleta embreada le caía sobre los hombros de una casaca que había sido azul; tenía las manos agrietadas y llenas de cicatrices, con uñas negras y rotas; y el sablazo que cruzaba su mejilla era como un costurón de siniestra blancura. Lo veo otra vez, mirando la ensenada y masticando un silbido; de pronto empezó a cantar aquella antigua canción marinera que después tan a menudo le escucharía:
«Quince hombres en el cofre del muerto... ¡Ho! ¡Ho! ¡Ho! ¡Y una botella de ron!
El ron y el diablo se llevaron al resto… ¡Ho! ¡Ho! ¡Ho! ¡Y una botella de ron!»



Billy Bones: Viejo marinero que llegó un día a la posada "Almirante Benbow". Allí permaneció hasta el día de su muerte. En su viejo cofre de marinero se encontraba el mapa del tesoro de Flint, por ello muchos de sus viejos camaradas piratas andan tras él.
“La Isla del Tesoro” (Robert Louis Stevenson).





Robert Louis Stevenson-Tusitala.
(Edimburgo, 1850-Vailima Upolu, Samoa Occidental, 1894) Escritor escocés. En la tumba de Stevenson, en una lejana isla de los Mares del Sur a la que se retiró por motivos de salud, figura grabado el apodo que le dieron los samoanos: “Tusitala”, que significa «el contador de historias». En efecto, la literatura de Stevenson es uno de los más claros ejemplos de la novela-narración por excelencia.